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Cuando comenzamos a idear la sección Homenaje para este 4to Número de La Rivada, pensábamos abordar los estudios sobre el campesinado en la región. Este tema había sido uno de los que más preocupó a las ciencias sociales vernáculas y sobre el cual se produjeron gran cantidad de libros y artículos, razón por la que creíamos merecía integrar la sección Homenajes de nuestra publicación, repasando las principales líneas teóricas y los estudios de campo sobre el tema y planteando los tópicos centrales del debate actual.
Para lograr ese cometido pensamos en convocar a los principales referentes y especialistas del medio, entre ellos, al antropólogo, Enrique “Quique” Martínez. Lamentablemente, su fallecimiento nos sorprendió en enero de este año y fue entonces que, como equipo Editorial, decidimos postergar el homenaje a la temática del campesinado y dedicar esta sección a “Quique”, cuya trayectoria y aportes como docente e investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales y de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales y su desempeño en otros ámbitos como el INTA, han dejado una profunda huella entre quienes tuvieron la suerte de tenerlo de profesor, colega, compañero de trabajo o amigo.
Fue así que, con la espontánea colaboración de muchas personas que quisieron escribir una semblanza de Quique o con las de aquellas que accedieron a nuestro expreso pedido, y fundamentalmente, con la ayuda de su compañera, la antropóloga y profesora Lila Sintes, hemos reunido una serie de cartas de personas que lo han conocido y compartieron parte de su vida y su trabajo, relaciones de amistad y compañerismo en diversos momentos de su vida, con el propósito de rendirle un merecido homenaje.
Las cartas que presentamos a continuación reconstruyen en su conjunto recuerdos distantes y recientes, reviven anécdotas, destacan momentos y experiencias compartidas. Nos muestran diversas cualidades de Quique, en sus curiosas rutinas, en su amor por los libros y en la pasión y seriedad para defender sus ideas y compartir su sabiduría como así también, en su desempeño como docente e investigador, en su dedicación al estudio, en su rigurosidad y talento para abordar los más variados temas sin dejar de ser fiel a sus convicciones. Asimismo, las palabras aquí reunidas destacan los duros años de la dictadura, los exilios propios y ajenos, la estadía en Costa Rica, la vuelta al país, su llegada a Misiones e inserción en la Universidad, entre tantas muchas otras experiencias vividas junto a su familia, amigos y compañeros de trabajo dando cuenta de la trayectoria de una persona que nunca fue ajena a los vaivenes políticos que agitaron al país, la provincia y sus instituciones.
Invitamos entonces a los lectores a conocer a este destacado profesor de nuestra FHyCS a través de estas cartas que constituyen un afectivo obituario con que el Equipo Editor de La Rivada, alejado de toda solemnidad pero aún conmovido por su ausencia, rinde un homenaje al hombre y al profesional.